Santo Domingo Este, RD – En medio de críticas y descontento ciudadano, el alcalde Dio Astacio ha concentrado sus esfuerzos en una controversial estrategia: el uso del fondo del ayuntamiento para pagar bocinas. Esta decisión ha generado un amplio debate sobre la correcta utilización de los recursos públicos y el verdadero enfoque de la administración municipal.
Los residentes de Santo Domingo Este han expresado su preocupación ante un municipio que, a pesar de ser uno de los más poblados del país, se encuentra en un estado de abandono evidente. Las infraestructuras deterioradas, la falta de espacios recreativos y la escasez de servicios básicos son solo algunas de las problemáticas que aquejan a la comunidad. Sin embargo, parece que el alcalde ha decidido priorizar el sonido de las bocinas y el espectáculo mediático por encima de las necesidades urgentes de sus ciudadanos.
Astacio ha sido criticado por su tendencia a convertirse en el protagonista de selfies y videos, buscando constantemente capturar la atención de los munícipes a través de eventos ruidosos y llamativos. Aunque la promoción de la cultura y la diversión es importante, muchos se preguntan si este enfoque es realmente el más adecuado para un municipio que clama por mejoras en su calidad de vida.
Los fondos del ayuntamiento, destinados para el desarrollo y fortalecimiento de la comunidad, deberían ser invertidos en proyectos que beneficien a los ciudadanos de Santo Domingo Este. La construcción de parques, la mejora de las calles y la implementación de programas sociales son algunas de las áreas que requieren atención inmediata. Sin embargo, parece que esta visión se ha perdido en medio del ruido y la búsqueda de popularidad del alcalde.
La responsabilidad de un líder municipal va más allá de ser el centro de atención en redes sociales. Los ciudadanos merecen un gobierno que trabaje por sus intereses, que escuche sus demandas y que se comprometa a transformar el entorno en el que viven. En este sentido, la administración de Dio Astacio debe reflexionar sobre sus prioridades y considerar un cambio de rumbo que realmente beneficie a la comunidad.
Es momento de que el alcalde deje de lado las bocinas y los selfies, y se enfoque en las verdaderas necesidades de Santo Domingo Este. La comunidad merece un liderazgo que invierta en su futuro y que trabaje incansablemente por el bienestar de todos sus habitantes. La voz de los ciudadanos debe ser escuchada, y los recursos públicos deben estar al servicio de la mejora de la calidad de vida en el municipio.
Por : Alexander olivence