Con maletas, bultos y fundas en manos, llegaban ayer pasajeros a las diferentes paradas de autobuses hacia el interior del país, para pasar las festividades de fin de año junto a sus seres queridos.
Aunque el tránsito se tornaba ligero en algunas vías de la capital, arreciaba en otras, como las que están próximas a las paradas del sur, norte y este, debido a la constante llegada de personas que se disponían a viajar.
Asimismo, se producían algunos taponamientos hacia las salidas de la ciudad. «Yo voy para Elías Piña para pasarme el año nuevo con mi padre y, claro, beber también», expresó Lisset Coraima a su llegada a la parada del sur, que funciona en la Duarte.
De acuerdo con el encargado del control de la referida parada, Ramón Rodríguez, el flujo de pasajeros se mantenía normal como otros días, pero esperaba aumente con el paso de las horas y este martes.
A diferencia de la semana pasada, no se observó la presencia de miembros del Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (Intrant), realizando inspección al transporte colectivo de pasajeros.
A esto se suma, en el caso de la Duarte, el dinamismo de la economía. Allí se pudo observar personas que, con sus hijos en brazos y otros de la mano, buscaban ropa en los puestos que abundan en esa área comercial.
También las tiendas y supermercados lucían con una alta afluencia de personas.