La reciente insistencia de figuras políticas clave como Leonel Fernández y Danilo Medina en la prohibición absoluta de las carpas electorales plantea interrogantes sobre sus motivaciones y percepciones sobre el actual panorama político dominicano. ¿Es esta una muestra de desesperación por parte de líderes acostumbrados a estrategias tradicionales o una señal de evolución en la forma de hacer política en el país?
La demanda de eliminar las carpas, un recurso comúnmente utilizado para movilizar a los votantes y promocionar candidatos, plantea un desafío a la forma tradicional de hacer campaña política en la República Dominicana. La insistencia en esta prohibición podría interpretarse como un intento de nivelar el campo de juego electoral y promover una competencia más equitativa, eliminando posibles ventajas derivadas de la logística y el despliegue de recursos que las carpas representan.
Sin embargo, vale la pena cuestionar si la verdadera fuerza de un partido político radica en su capacidad de conectar con los ciudadanos, transmitir un mensaje claro y movilizar a sus seguidores sin depender de recursos externos como las carpas. La ascensión del PRM como fuerza política relevante sin recurrir a estas prácticas tradicionales plantea la posibilidad de un cambio en la percepción del electorado, que valora cada vez más la autenticidad, la transparencia y la coherencia en los mensajes políticos.
En última instancia, la discusión sobre la prohibición de las carpas no solo refleja la rivalidad política entre distintos actores, sino que también invita a reflexionar sobre la naturaleza de la democracia dominicana y las transformaciones necesarias para fortalecerla y hacerla más representativa y participativa. Por : Alexander Olivence.