Tras la aplastante derrota de la oposición en las últimas elecciones municipales, congresuales y presidenciales de la República Dominicana, las organizaciones políticas opositores usarán el año 2025 como un periodo de preparación para frenar el avance del Partido Revolucionario Moderno (PRM) que, tras los comicios, acumuló un poderío significativo en el Congreso y en las alcaldías.
El partido oficialista fue el ganador del puesto presidencial, de la mayoría de las alcaldías en el país y de una gran parte de las curules en la Cámara de Diputados y en el Senado, lo que le otorga una fuerza política poderosa para tomar cualquier decisión sin el mínimo respaldo de la oposición.
Para el 2025, el PRM no ha trazado ninguna estrategia política y se enfocará en el trabajo estatal sin mirar por el momento ninguna aspiración atemporal. De hecho, el presidente de la organización, el ministro José Ignacio Paliza, advirtió que las candidaturas fuera de tiempo serían sancionadas.
Aunque las autoridades del partido oficialista se enfocaron en un plan de gobierno, varios aspirantes aprovecharon la arrolladora victoria del PRM para afianzar sus estrategias de candidaturas de cara al 2028, cuando los dominicanos irán a votar nuevamente a las urnas. Sin embargo, sus planes fueron frustrados por la cúpula partidaria, que insiste en apartarse de los temas electorales y concentrarse en la obra de Gobierno en su segundo mandato consecutivo.
La mayoría de los miembros de la Dirección Ejecutiva del PRM actualmente ocupan puestos públicos como ministros, directores de instituciones, senadores, diputados o alcaldes, por lo que su labor está dirigida a trabajar para el Estado.