En el contexto actual de la República Dominicana, es imperativo revisar no solo la cantidad de diputados que le corresponden a cada provincia, sino también la distribución de estos representantes para lograr una representación más justa y proporcional. La Junta Central Electoral (JCE), en su compromiso por actualizar la representación legislativa, ha presentado una nueva distribución de los 137 diputados que conforman la Cámara Baja, basada en los datos del reciente censo nacional.
Según los criterios actuales, la nueva asignación de diputados revela un cambio significativo en la representación de las provincias. Santo Domingo, que actualmente cuenta con 43 diputados, vería una drástica reducción a solo 20 representantes. De igual forma, el Distrito Nacional y Santiago, que cuentan con 18 diputados cada uno, también experimentarían una reducción a 9.
Este ajuste no es meramente numérico. Los datos muestran que, bajo la nueva distribución, la capital, Santo Domingo, tendría un diputado por cada 120,417 habitantes. Comparativamente, la provincia de Pedernales, que cuenta con una población significativamente menor, tendría un diputado por cada 17,118 habitantes. En términos promedio, habría un diputado por cada 83,983 habitantes en el país.
Este nuevo esquema de distribución plantea interrogantes importantes sobre la equidad en la representación política. Si bien es fundamental que cada provincia tenga representación en la Cámara de Diputados, es igualmente crucial que esta representación refleje la realidad demográfica y social del país. La concentración de poder legislativo en algunas provincias, mientras que otras reciben una representación mínima, puede generar desigualdades que afectan la toma de decisiones políticas en el país.
Por ello, es necesario abrir un debate amplio sobre la necesidad de una revisión exhaustiva de la distribución de los diputados. Este proceso debe involucrar a todos los sectores de la sociedad dominicana, incluyendo líderes comunitarios, académicos y ciudadanos en general, para asegurar que la voz de cada rincón del país sea escuchada y representada de manera efectiva.
La actual situación demanda una reflexión profunda sobre cómo se estructuran nuestras instituciones políticas y cómo estas pueden ser más representativas y justas. La revisión de la distribución de diputados no solo es un paso hacia la equidad, sino también un compromiso con la democracia y el bienestar de todos los dominicanos.
En conclusión, la nueva distribución de diputados según el censo es una oportunidad para repensar y reestructurar cómo se ejerce la representación en nuestro país. Es un momento crucial para avanzar hacia una democracia más inclusiva, donde cada ciudadano sienta que su voz cuenta y que su representante está verdaderamente comprometido con las necesidades de su comunidad.
Por : Alexander olivence
